Su comida
En esos originales platos (por ejemplo, sándwich de albóndigas…) se percibe la influencia de la cocina inglesa, catalana e incluso la italiana o mediterránea.
Todo, con un toque muy casero, sabroso y con una lograda presentación.
La carta de Caravelle resulta ideal para vuestros desayunos (salados o dulces), comidas o hasta cenas. Eb su carta encontrarás platos como carne a la barbacoa, tacos variados, fermentados y ahumados (elaborados por ellos). Avisaros que la carta suele cambiar con bastante frecuencia.
De entre los diferentes platos que podréis probar de su carta, encontramos desde suculentos postres: atrayentes pasteles, tostadas (pan riquísimo) con mermeladas y/o mantequilla; hasta platos más elaborados, como por ejemplo: bistec de atún con ensalada de lentejas, sándwich de albóndigas con salsa de tomate magnífica, alcachofa frita, estofado de conejo, Bruschetta con queso ricotta, huevos con tomate al estilo marroquí, sepia frita con hinojo, huevo duro entrufado, fritatta (tortilla) o confit de puerros con queso mozzarella y ensalada de remolacha.
Y todo ello, por citar algunas opciones del menú…
Qué tomar
Evidentemente, Caravelle no solo se destaca por su cocina y nos ofrece también una buena selección de cafés de especialidad, tés, chocolates, zumos o bebidas alcohólicas como el vermouth, la cerveza artesana elaborada (de lata o tirador) por ellos mismos, o vino.
El espacio
Toda esa oferta culinaria y de bar se engloba en un sobrio espacio de techos altos, paredes inmaculadamente blancas, largos asientos de madera hechos a medida, sillas y taburetes de colegio vintage, mesas de madera oscura con patas metálicas y lámparas industriales que cuelgan imponentes del techo.
Todo ello, con un toque cromático limitado y sutil con contados detalles rojos (como su logo), con colores distintos tipos de madera, tonos blancos y gris metalizado.
Aunque os parezca un espacio sobrio, estáis en un espacio muy estudiado o pensado, y que rezuma una ansiada tranquilidad y buen rollo.