Qué beber?
Bodega E. Marín, a parte de sus suculentos vinos, es también el espacio perfecto para probar sus tapas, en especial sus anchoas, olivas, boquerones, empanadillas o sus magníficas croquetas.
Un acompañamiento perfecto para sumar a vuestro vermut, vino, caña o cava.
En definitiva, un bar de los tradicionales, de principio a fin y hasta la última gota.
Como dicta la tradición, la hora vermut es la más concurrida puesto que esta bodega se llena generosamente de gente en esas fases «clave» durante la semana.
El ambiente
De hecho, veréis algo que nos encanta, y es la mezcla generacional que se produce los fines de semana al mediodía, donde niños, adultos y mayores, sean del barrio o de fuera, comparten una costumbre muy nuestra: la sociabilización en el bar con vermut en mano.
En su interior existe sitio para sentarse y pequeñas mesas o barras para que podáis dejar la bebida y/o la comida.
No obstante, como comentaba, al ser un espacio de reducidas dimensiones, puede que os cueste conquistar un taburete.
Según como, eso da igual, puesto que la liturgia exige quedarse de pie…
Aunque os parezca demasiado lleno, vale la pena os quedéis incluso fuera del recinto, en la misma calle. Ciertamente, hay incluso más personas en el exterior que dentro. La mayor parte de días, las ganas de «bar» pueden con la climatología.
De hecho, es de los pocos bares que te deja estar fuera con tu bebida, con vaso de plástico claro, tomando tu vermut a la fresca, siempre respetando a los vecinos y viandantes.