Santa Burg de cerca
Cuando hace casi 3 años, Alain Guiard (ex-chef y asesor del Hotel Mandarin) quiso lanzarse en una nueva aventura gastronómica, tuvo claro que la carne de sus burgers tenía que ser tremendamente buena y de fácil masticación. Por eso descartó la idea de esas hamburguesas altas como rascacielos de Manhattan que lloran salsas por todas partes.
Así pues, las burgers santas de Alain y Marc llevan sólo carnes exclusivas, que se guardan a temperaturas elevadas para que el tejido cartilaginoso se haga más tierno, se exalte su sabor y disminuya el nivel de agua. De ahí a que cuando las muerdes, no son las típicas hamburguesas que pierden líquido ni su pan se desgrana por todas partes. Además, como nos confiesa Marc (gerente del local), “añadirle ketchup es quitarle el mérito. Esta salsa engaña sólo el sabor”. Ya sabéis.
Qué comer
Como no podía ser de otra forma, el punto fuerte de la carta de Santa Burg son sus hamburguesas. Podrás recrearte a gusto con un extenso repertorio: 6 tipologías de pan de diferentes panaderías (con opciones para celíacos), alternativas para vegetarianos, complementos varios y con una elección entre viandas de gallo, cerdo o buey.
El menú (lo encontrarás en el mantel) cambia casi cada 3 meses y podrás elegir entre las ya elaboradas o si prefieres, combinarla eligiendo los ingredientes a tu antojo.