El espacio
El restaurante es un espacio bastante pequeño, y consta de una mesa grandes de madera donde te entremezclas con otros clientes, 2 pequeñas (para 2) y otras dos barras estrechas en su pared izquierda.
Por ello, veréis que mucha gente visita el local únicamente para pedir y posteriormente llevarse su pedido a casa, puesto que a veces cuesta encontrar sitio para sentarse.
Si en cambio preferís comer in situ, seguramente os toque hacer algo de cola. No obstante, tranquilos porque las comandas suelen salir con cierta celeridad.
Su carta y sus hamburguesas
Mientras esperáis podéis ir pensando en qué pedir analizando el menú-pizarra que tienen colgado.
Sus variedades van desde la clásica (hamburguesa de 250gr. con lechuga, tomate y un ligero toque de mayonesa), hasta hamburguesas con toques diferenciales, sea queso manchego fundido o salsa terayaki.
Sinceramente se hace difícil escoger…No obstante, tened en cuenta que la más barata es la clásica (5’50€, precio 2013) y va subiendo de precio en función de los extras más o menos sofisticados que añadas, así que si vais por presupuesto, será más fácil escoger.
Evidentemente como no podía ser de otra forma, tenéis opción de añadir extras a vuestra hamburguesa. Por ejemplo extra de queso o cualquier otro producto a elegir. Y aparte, si todavía tenéis más hambre, las obligadas patatas fritas también están disponibles, como no…
Aunque, aviso, a pesar de que entréis con mucha hambre, contad que el trozo de carne son 250 gramos…un señor trozo de carne! Nosotros al menos pecamos de gula y sobraron patatas…
Por último añadir que el local ganó el premio al mejor bocadillo 2010 por parte de la revista Time Out. Hecho que no extra viendo y probando sus hamburguesas de la mejor ternera y la parrilla de piedra volcánica que usan para darle ese sabor ahumado tan rico y característico. El chef Brad Ainsworth tiene parte de culpa del éxito de Bacoa, sin duda…